Juan Luis Vives
(Valencia, 1492-Brujas,
1540) "No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras."
Humanista y filósofo español que, por su condición de
converso, se vio obligado a vivir buena parte de su vida en el extranjero.
Estudió en París de 1509 a 1512, año éste en el
que se trasladó a Brujas como tutor de la familia Valldaura. Nombrado
profesor de humanidades en Lovaina, allí contrajo matrimonio con Margarita
Valldaura (1524) y mantuvo una estrecha amistad con Erasmo de Rotterdam. Luego,
en la corte de Enrique VIII de Inglaterra ejerció como tutor de la
princesa María, y a ella le dedicó su obra «De ratione
studii puerilis epistolae duae» (1523). Durante su estancia en aquel
país desempeñó el cargo de lector de filosofía
en el colegio del Corpus Christi de Oxford. Perdido el favor real, sufrió
arresto domiciliario por su oposición a que Enrique se divorciara de
Catalina de Aragón.
Tras abandonar Inglaterra, en 1527 se estableció de nuevo en Brujas,
donde escribió muchas de sus obras, algunas dirigidas contra el aristotelismo
imperante. Anteriores a este período son varios libros de carácter
místico, y a esta segunda etapa en Lovaina corresponden títulos
como «De disciplinis», «De prima philosophia», «De
institutione feminae christianae» (que luego inspiraría a fray
Luis de León «La perfecta casada»), «De subventione
pauperum», «De communione rerum» y otros tratados. Alcanzaron
especial difusiónsus diálogos para uso escolar, titulados «Exercitatio
linguae latinae». La «Introductio ad sapientiam» (1542)
fue traducida al inglés. Entre sus obras de lógica y filosofía
destacan «De disputatione», «De instrumento probabilitatis»,
«De explanatione cuiusque essentiae», «De censura veri et
falsi», «De prima philosophia». En un ámbito precursor
de la psicología cabe clasificar su tratado «De anima et vita».
Su obra se adentró en los terrenos de la lógica, la metafísica
y la psicología. Manifestó siempre un agudo sentido crítico
y una singular capacidad de síntesis. Fue hombre de gran austeridad
y mantuvo una fidelidad sin equívocos a la Iglesia en un momento de
graves convulsiones, como puso de manifiesto en «De veritate fidei christianae».
(Recopilado en su mayor parte de la enciclopedia PlanetaDeAgostini)
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