Agustin De Hipomona

(Tagaste, Argelia, 354-Hipona, actual Bona, 430) Hijo de padre pagano, Patricio, que ocupaba un cargo de gobierno, y madre cristiana, Mónica, Agustín demostró desde pequeño un carácter apasionado que en la adolescencia le condujo a una vida desordenada. En 371, a los diecisiete años, mientras seguía sus estudios en Cartago, vivía con una concubina que le dio un hijo natural, Adeodato, quien con el tiempo compartiría su vida monástica en Tagaste y en Hipona. En 373, atraído por las interpretaciones que los maniqueos daban a ciertas cuestiones existenciales, se integró en su secta. Ganó la convocatoria de una cátedra de retórica en Milán, y fue entonces cuando la lectura de Platón y la asistencia a los sermones de san Ambrosio en la catedral se antepusieron a su pasado maniqueo y perfeccionaron su fe, concebida desde la filosofía y las ciencias teológicas. En 391 y en contra de su anhelo de aislamiento para consagrar la soledad a profundizar su sabiduría, su prestigio era tan grande que los cristianos deseaban ordenarlo sacerdote. Finalmente, el obispo de Hipona lo tomó a su servicio y a la muerte de éste ocupó la sede episcopal. Durante los últimos años de su vida desarrolló una ininterrumpida actividad intelectual que lo sitúa como el iniciador del humanismo cristiano y de cuya obra de perenne valor hay que destacar sus «Confesiones» (397-398) y «La ciudad de Dios» (413-426), obra que proporciona una explicación teológica de la historia. Murió de muerte natural durante el asedio que los vándalos impusieron a Hipona. Sus restos mortales descansan en Pavía. Agustín de Hipona, contribuyó con la Psicología al demostrar que la introspección es una fuente importante de conocimiento psicológico, considerándosele como un precursor de la fenomenología y del psicoanálisis.

Anterior