Empirismo

Corriente de pensamiento según la cual todo conocimiento es reductible a la experiencia. Más allá de su sentido puramente metodológico (que la misma realidad ha evidenciado como inviable, pues no hay práctica ni experiencia que puedan prescindir del todo de la teoría), el empirismo se refiere más bien a los orígenes, y no al desarrollo ni a las derivaciones del conocimiento, y supone la afirmación de que todo conocimiento parte de la experiencia (se opone así al racionalismo, en la medida en que éste supone y defiende las ideas innatas). El hecho de que, según Locke, la experiencia sea la clave de la teoría del conocimiento no implica, sin embargo, caer necesariamente en el sensualismo: Hume completará, en este sentido, los análisis lockeanos y se referirá, entre los principios que rigen el conocimiento, a mecanismos psicológicos (impresiones, ideas, hábitos, principios asociativos) que, a partir de las sensaciones, explican la compleja arquitectura del conocer; sin embargo, la ineludible referencia a la experiencia lleva a la vez a Hume a criticar la interpretación tradicional de la relación causal, tenida por ontológica, y a reducirla a derivación de la experiencia misma. Esta concepción asociacionista de la causalidad fue acentuada por J. Stuart Mill, quien concede así a la esperanza fundada en una creencia subjetiva un lugar en la teoría del conocimiento, el cual incluye con ello una superación (no justificable de manera objetiva) de lo dado. Una ulterior superación es la aportada por W. James con su teoría pragmática de la verdad, según la cual la certeza de una idea se establece en función de su capacidad para ser comprobada.

Anterior
Indice General
Siguiente