Comienza el Fragmento

—"Considera ahora la clase de liberación de las cadenas y curación de la ignorancia que tendría lugar si les aconteciese algo como lo siguiente: que alguno fuese desatado y súbitamente obligado a levantarse y a volver la cabeza y a caminar y a mirar hacia la luz, de modo que, haciendo todo esto, se dolería y, a causa del deslumbramiento, sería incapaz de mirar aquellas cosas cuyas sombras veía antes; ¿qué crees que diría si alguien le dijese que antes veía naderías y que más bien es ahora cuando ve algo que está más próximo al ser y cuando, vuelta la mirada a una posición más recta mira hacia algo más ente?; ¿y cuando, mostrándole cada una de las cosas que pasan [a lo largo del muro], se le obligase a contestar a la pregunta “qué es”?; ¿no crees que se encontraría en un callejón sin salida y que pensaría que lo que veía antes es más verdadero que lo que ahora se le muestra?"
—"Desde luego".
—"Y si se le obligase a mirar hacia la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que huiría, volviéndose de nuevo hacia aquello que puede contemplar, y que tendría esto por realmente más evidente que lo que le es mostrado?"
—"Así es."
—"Y si desde allí alguien lo arrastrase por la fuerza a través de la ruda y escarpada salida [de la caverna], y no lo dejase antes de arrastrarlo hasta la luz del sol, ¿no es cierto que, en tal arrastre, se dolería vivamente y se irritaría, y que, después de que llegase a la luz, por tener los ojos llenos del resplandor, no podría ver nada de lo que ahora se le dice que es verdadero?"
—"No podría, en efecto, al menos de repente."
—"Sin duda necesitaría acostumbrarse, si debe llegar a ver lo que está arriba. Y primero podrá mirar con mayor facilidad a las sombras [de las cosas bajo la luz del sol], y después a las imágenes de los hombres y de lo demás en la superficie de las aguas, y más tarde a las cosas mismas; partiendo de esto, podrá contemplar lo que hay en el cielo y el cielo mismo, y lo contemplará con más facilidad de noche, mirando hacia la luz de las estrellas y de la luna, que de día el sol y la luz del sol." —"¿Cómo no?"
—"Finalmente podrá mirar al sol, no las imágenes de él en las aguas o en donde quiera que sea, sino al sol mismo en sí, en su propio lugar, y contemplarlo tal como es."
Termina el fragmento.

Interpretación de El Mito de la Caverna. Por Francisca Martín-Cano.

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